Cintia Birán, Psicológa.
Nos levantamos hoy con la noticia de que una persona muy famosa en España que ha sido madre a través de gestación subrogada a sus 68 años. Es un tema que ha tenido mucha resonancia social y nos plantea principalmente dos debates: ¿es ético este método para procrear?, ¿es aceptable ser madre a esta edad?
En el primero de los interrogantes podemos decir, que cada uno puede tener evidentemente su propia visión moral. Para muchas personas este sistema de dar vida tiene que ver con una manera de trata de personas, ya sea por el “manoseo” que implica gestar un bebé fuera del propio cuerpo, como la mercantilización a la que se ve sometida la madre. Es verdad que muchas personas dirán que no todas las gestantes cobran por esto y lo hacen de manera altruista, pero esto no exime del hecho de encontrarnos frente a un proceso contra natura.
En el segundo de los interrogantes, tener descendencia cuando ya se es una persona mayor, a una edad donde lo habitual es ser abuelo o abuela, o estar en proceso de jubilación, nos genera también una primera sensación de choque, de confrontación con aquello a lo que estamos acostumbrados. Es verdad que si en vez del alquiler de un vientre se tratara de una adopción no nos sorprendería tanto la idea o no nos parecería tanto algo inadecuado. Lo cierto es que en ambas maneras de ser madre se está trayendo un bebé al mundo que se quedará sin sus padres muy pronto y deberá enfrentarse a él sin estas figuras de peso para el desarrollo de su vida y la configuración de su personalidad.
Por supuesto no podemos juzgar los sentimientos de las demás personas, ni ponernos su piel al cien por cien, pero lo que si podemos es desarrollar nuestro propio criterio frente a temas que son tan controversiales y sobre todo, escudriñar cómo puede influir esta noticia en los valores y las leyes de nuestra sociedad. Si nos reafirmará en una postura que en principio nos genera rechazo o si pueda esto modificar de alguna manera las leyes y abrir nuevas puertas frente a este tema. Personalmente, considero que la ética no puede desligarse de asuntos tan importantes. Que la maternidad y la paternidad poseen un carácter tan trascendental para los propios padres y madres como para sus hijos e hijas por lo que no debería banalizarse, ni manipularse, ni plantearse de tal manera que ponga en riesgo de alguna forma la integridad de los hijos. Aunque a priori la intención sea totalmente opuesta.